Consejos para una vuelta a clases centrada en la salud mental

Muchas emociones, sensaciones y pensamientos pueden estar surgiendo con la vuelta a clases. Por lo mismo, queremos compartir con las comunidades escolares siete consejos prácticos, desde la visión del Mindfulness y la Neurociencia, para ayudarles a volver con menos ansiedad y mayor presencia. Esperamos que les sean de mucha utilidad

1. Las rutinas dan seguridad en un escenario de incertidumbre: La incertidumbre y el no tener una rutina clara son la pareja perfecta para generar ansiedad. Por otro lado, generalmente lo que es incierto no está bajo nuestro control. Sin embargo, sí está en nuestras manos integrar espacios estables en el día a día, que nos ayuden a tener una mayor sensación de control sobre actividades cotidianas. Esto puede ser de gran ayuda para sentir seguridad y constancia en la vida a pesar del escenario actual.

2. ¡Claro que aprendimos! Valoremos el aprendizaje no académico: Las situaciones desafiantes y cambiantes, que nos enfrentan a nuevas experiencias y desafíos -como lo fue este año de pandemia- nos llevan a que florezcan nuevas habilidades que todos(as) compartimos: como la resiliencia y autonomía. ¿Cómo podemos guiar a nuestros(as) niños, niñas y jóvenes para que hagan consciente1s, valoren y atesoren estos nuevos aprendizajes

3. Toda experiencia es importante, validemos cómo nos sentimos: La neurociencia ya lo ha demostrado: todos y todas experimentamos las emociones de diversas formas, con distintas intensidades, variedades y respuestas, pero ojo, ninguna de ellas es mejor que otra. Por eso, en esta vuelta a clases es necesario tener esto en cuenta, ya que cada estudiante y docente llegará y sentirá el nuevo año a partir de la propia experiencia y proceso emocional, ¡y está perfecto que así sea! Compartimos un principio clave desde la neurociencia afectiva o emocional: El sólo hecho de prestar atención a lo que estamos sintiendo, es una de las maneras más efectivas y saludables para entregarnos contención socioemocional.

4. Nos preparamos para un encuentro diferente: La comunidad educativa, en la medida que retorne a clases presenciales, volverá a encontrarse físicamente tras un año sin verse, lo cual puede conllevar diversos desafíos para los y las estudiantes. Por una parte, se volverá en condiciones excepcionales, en las que no podemos acercarnos como nos gustaría o como era antes ¡Que hablar de lo que esto nos provoca no sea tabú! Esta es una buena instancia para entrenar la paciencia y el valorar la importancia de nuestras relaciones.

5. La socialización puede requerir tiempo: Diversos estudios nos han dejado claro cómo ha afectado anímicamente el dejar de vernos. Por otra parte, la ciencia evidencia que las relaciones significativas son indispensables para nuestro bienestar. Lo anterior pone en relieve la importancia de que con la vuelta a clases presencial se promuevan espacios para relacionarse. Tener en consideración: Tras tantos meses, es normal que a algunos(as) les pueda costar más que a otros(as) en un inicio, por lo que el reencuentro y la socialización deben ser cuidadosos y progresivos, respetando los tiempos y espacios de cada estudiante.

6. Aprovechemos de mirarnos y reconstuirnos: Es necesario hacer una revisión crítica de los principales estudios que se realizaron durante la pandemia. Si bien en su mayoría demostraron un aumento en la sensación de tristeza y desgano en los y las estudiantes, algunos reflejaron una disminución de sus niveles de estrés (U. de Chile 2020). Es decir, una baja en ciertos factores estresores asociados a la asistencia a la escuela por parte de niños y niñas. Lo anterior representa una invitación al mundo educacional a repensar, con humildad, ¿cómo podemos hacer que nuestro sistema educativo sea menos estresante?

Desde este punto de vista, es clave escuchar las demandas estudiantiles y flexibilizar el contenido curricular y las evaluaciones. En esa misma línea, generar espacios dedicados exclusivamente a cultivar el bienestar socioemocional de nuestros(as) niños, niñas, jóvenes, y también de los(as) docentes, quienes experimentan una alta tasa de estrés y agotamiento.

7. Disminuir las expectativas de esta vuelta a clases: Inevitablemente después de más de un año sin vernos se genera una gran expectativa con el reencuentro. Sin embargo, puede ocurrir que todo lo que se tenía planificado tenga que cambiar de un momento a otro o que algunas cosas no resulten como se esperaba y eso no es culpa de nadie. Es fundamental aceptar que van a ocurrir ciertas situaciones inesperadas y que no se podrá tener el control sobre todas ellas. Conocer esta realidad puede disminuir la presión, el estrés o posibles frustraciones.

Por lo anterior, es indispensable poner las expectativas sobre la mesa y recordar continuamente que es un proceso, que poco a poco volveremos a encontrar nuestras vías favoritas de comunicarnos y conectarnos, dándole espacio a lo nuevo que surge a raíz de los procesos vividos como sociedad y personalmente

En el siguiente enlace, podrás encontrar el documento completo con esta información de las recomendaciones más acciones concretas para llevarla a cabo en la sala de clases -ya sea virtual o presencial-. Revisa el documento completo aquí