La Salud Mental como derecho en la educación

 

Nuestro sistema educacional busca que a través de su currículum las y los estudiantes logren “integrar conocimientos, habilidades y actitudes fundamentales para alcanzar un desarrollo armónico e integral que les permita enfrentar su futuro (…)” (Bases curriculares, MINEDUC). Además, con la intención de acercarnos cada vez más a lo recién expuesto, en el año 2013 la Agencia de la Calidad crea una nueva forma de evaluación a los establecimientos educacionales a través de indicadores de Desarrollo Personal y Social. De este modo, de todo lo anterior se observa un esfuerzo por ampliar el concepto de calidad educativa a uno que incorpore aspectos emocionales y sociales lo que indudablemente va en la dirección de formar estudiantes saludables, conscientes y con una salud mental protegida.

Lamentablemente hoy no lo estamos logrando y estamos muy lejos de ello. El agobio, la ansiedad y el estrés son vivencias presentes y continuas en nuestro sistema educacional. Ejemplo de esto son los datos que arrojó la EMSE en Chile en torno a la salud mental, resultando en que alrededor del 30% de los estudiantes reporta presencia de síntomas posiblemente depresivos. En esta misma línea, sabemos que el 27,8% de niños y niñas entre 4 a 11 años presentan algún tipo de enfermedad mental como trastornos disruptivos y trastornos afectivos ansiosos (Vicente y colaboradores (2012)) y que el suicidio en nuestro país es la segunda causa de muerte entre los jóvenes de 15 a 29 años.

Sin duda la pandemia vino a profundizar y empeorar nuestra situación, sin embargo esta crisis que traspasa cualquier barrera geográfica, generacional y cultural nos acompaña hace mucho más tiempo del que podamos imaginar.

¿Qué nos está faltando entonces? ¿Por qué hemos tardado tanto en proteger a nuestras y nuestros estudiantes?

Gracias a la Neurociencia, actualmente contamos con información y herramientas efectivas para educar nuestro campo social, emocional y por lo tanto nuestra salud mental. De hecho, esta ciencia ha demostrado que existe una forma de funcionamiento cerebral entrenable que se relaciona con el bienestar y plenitud de los individuos (Van Leeuwen, Singer, & Melloni, 2012), aspectos indispensables en la creación de una sociedad más plena y consciente. Y no hay duda de que esto puede ser aprendido y desarrollado en el sistema educacional, asegurando el acceso a estas herramientas a todas y todos como un derecho básico, siendo beneficioso para el desarrollo armónico del ser humano, relacionándose con la capacidad de estar presentes, de ser constructivos, resilientes y de tener relaciones saludables y compasivas con los demás (Davidson y Begley, 2012).

Como señala Feixas (1999, citado en Teruel, 2000, p. 145)

“Además de alfabetizar con letras y números, es necesario alfabetizar en las emociones, las habilidades sociales, la toma de decisiones, el manejo de relaciones y en definitiva, en los problemas que afectan de verdad a nuestra vida, que pocas veces son las raíces cuadradas (aunque esto también sea necesario aprenderlo). Conocerse a uno mismo […] es seguramente la tarea más importante de nuestra vida: vale la pena, pues, que nos empiecen a enseñar cómo conseguirlo en la escuela, donde tantas cosas aprendemos.”

Hoy 10 de octubre, día mundial de la salud mental, hacemos un llamado a hacernos cargo de cómo protegernos y cuidarnos. A hacernos cargo de tomar medidas concretas y profundas a través de nuevas legislaciones y políticas que aseguren tanto para docentes como estudiantes, una nueva forma de educar, donde las escuelas tengan una cultura basada en bienestar y se conviertan en un modelo de entrenar una vida más presente, sin apuro y más consciente de nuestra condición de humanos: debemos y podemos declarar a la salud mental como un derecho en la educación.

Atrevámonos a cambiar paradigmas. Atrevámonos a reconocernos como seres que necesitamos bienestar, contención, habilidades sociales y emocionales, y que tenemos derecho a un sistema educacional que vele con toda su fuerza por el desarrollo íntegro del ser humano incluyendo todas sus posibilidades de crecimiento.

¡Nuestra salud mental importa!
ONG Neyün, educación en armonía, en colaboración con …


La salud mental es una urgencia hoy.